viernes, 19 de abril de 2013

fotografias

Maravillado por la luz de luna,
Que jamás, no se va,
La piel se revela a solas,
La vergüenza perdió su elegancia,
Todo este mutismo entristece,
Entre risas el tiempo así se siente,
Una mirada al vacío del cielo,
La calma de la desesperación es alta.
Lo Eterno nutrió a las sombras sobre este terreno,
Soñando con los siglos que han pasado,
Grandes olmos se alzan solemnes en la hierba,
Arqueados sobre el oculto mundo de antaño.
En torno a la escena la luz de la memoria juega,
Y las hojas muertas susurran los días perdidos,
Anhelando las figuras y los sonidos que ya no serán.




















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