martes, 4 de junio de 2013

Desperdicios

Somos la generación maldita
Somos los seres humanos inservibles
Sin destino
Somos la generación que no hizo nada
Somos la generación que dejó que todo pasara
Somos la generación vegetariana
Vegana
Amante de los animales
Haciendo la vista gorda a los niños que se mueren de hambre en la calle
Somos la generación apolítica
Deprimida
Cansada
Perezosa
Sin una guerra en que morir
Sin una causa porque luchar
Somos la generación del Blackberry
De la mala música
De las redes sociales
Destruidos por las drogas
Sintéticas
Cibernéticas
Somos la generación que nadie recuerda
Que nadie recordará
Somos la generación maldita
Solo una mancha inmunda
En la enorme historia de esta especie voraz y destructiva

L.D.M.L  

El sueño con pronostico de enfermedad

Soñé que uno de mis dientes empezaba a crecer demasiado. Alcanzaba dimensiones descomunales.
Salia de mi boca, se parecía a un colmillo, de elefante pero sin ser puntiagudo.
Estaba, como puede comprenderse, desesperado. ¿que hacer?. Ni siquiera me atrevía a salir a la calle. Deambulaba por mi casa y solo al cabo de unos días, cuando la urgencia de algunos tramites me obligaron a salir, me decidí a enfrentarme a la curiosidad publica.
Como si nada anormal me ocurriera, salí a la calle para dedicarme a mis quehaceres. Aunque disimulaba mi presencia, pronto me di cuenta de que los transeúntes me miraban extrañados, señalándome con el dedo. Seguí, mi camino procurando no hacerles caso.
De pronto el hombre que regulaba el trafico se dirigió a mi, desde su puesto de observación, y y me llamo con vos severa:
< ¡eh, oiga!, ¿se puede saber adonde va con ese colmillo? ¡Que desfachatez, salir a la calle con semejante monstruosidad! ¡le voy a enseñar lo que es bueno...!
y empezaba a dar tirones de mi enorme diente, con intención de arrancármelo tal motivo de escándalo publico. Yo resistía y protestaba desesperado:
<¡Oiga! este diente es mio y no me lo voy a dejar quita así como así.¡no lo he robado- ¡no tiene derecho a quitármelo, que demonios!
Y seguimos forcejeando grotescamente. El tiraba del diente y yo intentaba tirarle a empujones.
Mas fuerte que yo, el hombre logro agarrar el monstruoso diente. Tiro y tiro.
De repente, ocurrió algo: el chorro de luz, los tirones, el dolor, el azoramiento, desaparecieron. El sueño debió haber cambiado de rumbo. Me desperté. No recuerdo mas.


Al cabo de unos días me despertaron unos fuertes dolores. Eran verdaderamente insoportables y esta vez no estaba soñando. Tuve que ir al dentista. De algún modo, todo aquello me parecía repetición de algo ya ocurrido anteriormente. Le conté todo aquello al dentista, que me oyó sonriendo y me dijo que el no entendía nada de sueños, pero que lo que era seguro era que tenia una muela mala y tenia que sacarla, el sueño era como una apertura a mi futuro, y de lo que iba a pasar con aquel diente. Por eso digo los sueños son una ventana hacia al futuro pero hay que saberlos interpretar.

c.a.m.k