Salia de mi boca, se parecía a un
colmillo, de elefante pero sin ser puntiagudo.
Estaba, como puede comprenderse,
desesperado. ¿que hacer?. Ni siquiera me atrevía a salir a la
calle. Deambulaba por mi casa y solo al cabo de unos días, cuando la
urgencia de algunos tramites me obligaron a salir, me decidí a
enfrentarme a la curiosidad publica.
Como si nada anormal me ocurriera, salí
a la calle para dedicarme a mis quehaceres. Aunque disimulaba mi
presencia, pronto me di cuenta de que los transeúntes me miraban
extrañados, señalándome con el dedo. Seguí, mi camino procurando
no hacerles caso.
De pronto el hombre que regulaba el
trafico se dirigió a mi, desde su puesto de observación, y y me
llamo con vos severa:
< ¡eh, oiga!, ¿se puede saber
adonde va con ese colmillo? ¡Que desfachatez, salir a la calle con
semejante monstruosidad! ¡le voy a enseñar lo que es bueno...!
y empezaba a dar tirones de mi enorme
diente, con intención de arrancármelo tal motivo de escándalo
publico. Yo resistía y protestaba desesperado:
<¡Oiga! este diente es mio y no me
lo voy a dejar quita así como así.¡no lo he robado- ¡no tiene
derecho a quitármelo, que demonios!
Y seguimos forcejeando grotescamente.
El tiraba del diente y yo intentaba tirarle a empujones.
Mas fuerte que yo, el hombre logro
agarrar el monstruoso diente. Tiro y tiro.
De repente, ocurrió algo: el chorro de
luz, los tirones, el dolor, el azoramiento, desaparecieron. El sueño
debió haber cambiado de rumbo. Me desperté. No recuerdo mas.
Al cabo de unos días me despertaron
unos fuertes dolores. Eran verdaderamente insoportables y esta vez no
estaba soñando. Tuve que ir al dentista. De algún modo, todo
aquello me parecía repetición de algo ya ocurrido anteriormente. Le
conté todo aquello al dentista, que me oyó sonriendo y me dijo que
el no entendía nada de sueños, pero que lo que era seguro era que
tenia una muela mala y tenia que sacarla, el sueño era como una
apertura a mi futuro, y de lo que iba a pasar con aquel diente. Por
eso digo los sueños son una ventana hacia al futuro pero hay que
saberlos interpretar.
c.a.m.k
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